sábado, 14 de enero de 2012

Capítulo 13.


Pasaron como 2 meses y... Hostias! Me levanté para ir al instituto y de repente me pesé en la bascula y ... ¿85 kg? ¿Como? ¿Cómo había adelgazado tanto ultimamente? Hombre... llevaba la dieta.. Hugo animandome... Todas las tardes nos vamos a correr y me veo más guapa. Me vestí, bajé al recibidor, cogí la mochila y salí. De repente voy andando y veo que alguien se para por detrás mía con una moto. Hugo nunca me recogía en la moto para ir al instituto. 
- ¡Morena! - dijo.
Miro para atrás y lo veo ahí con la moto... 
- Pero ... ¿tu no me recogías en la cafetería? - le dije extrañada.
- Es que hoy no vamos a ir al instituto. Te fugarás conmigo, por cierto... que guapa estás.
Llevaba la ropa de mi hermana, me había quedado más delgada y no tenía ropa de mi talla. 
Necesitaba irme de compras, pero ya. Me acerqué a él.
- ¿Enserio? ¿Nos vamos a fugar? - dije extrañada. 
- Siiiiii tonta, nos vamos, ven que te ponga este pañuelo y ahora te lo pones en los ojos, como la peli de 3MSC y ya te llevaré donde me apetezca... - dijo riéndose.
- ¿Dónde te apetezca? Si me llevas a un vertedero y me dejas ahí, mueres, que lo sepas ¬¬ 
- Pues... jajaja! 
Puse cara de enfado y tristeza a la vez, y de repente me besó. 
- Venga, sube a la moto, deja la mochila allí en la silla que hay ahí fuera de tu casa y subes, que nos vamos.
- Va.
Puse la mochila allí y rápidamente me subí y me puse el pañuelo. Me fiaba de él. Pasaron como 15  minutos o así más o menos y noté que se paró la moto.
- ¿Hugo? ¿Estamos ya?
- Sisi, baja como puedas, no te quites el pañuelo. 
Oía como brisas de mar y me tiraba el aire. Estabamos en la playa seguro. De repente me quitó el pañuelo y no era la playa. Era un acantilado que había a 15 o 20 minutos de mi casa. Me encantaba ese acantilado, era precioso.
- Jo, jo, joder. 
- Dime, ¿que te parece? - dijo mientras abría la mochila y sacaba su móvil.
- Em, em... sabes que me encanta este acantilado... ¿como te has acordado? 
- Sabes que yo sé todo lo que te gusta y lo que no, por eso te he traido aqui, vamos a pasar aqui la mañana y luego para comer iremos a la playa y comeremos. 
- Y... ¿Que comeremos? Porque yo no tengo nada... 
- Tengo yo. He traido dos bocadillos, y una sorpresita de mi madre... jejeje. 
- ¿Sorpresita? Sorpresita la que me has dado... - le dije mientras me acercaba a el.
Se sentó en el suelo en una piedra gigante y yo me acosté en sus piernas. Sabía que sería un día maravilloso y lleno de recuerdos para el futuro. La verdad esque me daba igual donde estuviera, con estar con él, me sobraba. Pasamos un gran día haciendo los tontos por allí y cuando llególa hora de comer fuimos a la playa, pusimos las toallas que el llevaba en una mochila y el llevaba bañador, y yo no. 
- A ver como me baño yo... - dije.
- Te dejaste el otro día un bikini en mi casa, aqui lo tengo, jajaja. - dijo riéndose.
- Capullo... va, trae, que me lo pongo. 
- Pero... ¿Aquí? Jooooder. 
- ¿Donde va a ser si no? ¿En mi casa, que está a 20 minutos de aquí? Jaja.. 
Miré a la izquierda y vi un muro grande y al lado había un árbol. Fui allí y me cambié, con tal de que no me viera él.. Si la playa estaba desierta... Que más daba. 
- Hey! ¿Y si voy? - dijo riéndose.
- Pues como vengas mueres. - dije seria.
- Huuuuuuuuuuuuuy pues me estoy acercando, yo no digo nada, hahahaha. 
Me vestí rápidamente y salí de aquel muro. Fui corriendo a sus brazos y le besé y le di un abrazo.
- Tonta, ¿vamos a bañarnos? 
- Va, vamos. 
Estuvimos 20 minutos tirándonos agua como locos y a él le dió hambre. Salimos y comimos. Nos esperamos una hora y cuarto para que se nos hiciera la digestión y mientras nos tiramos a las toallas y empezó a ponerse cursi. Beso tras beso, abrazo tras abrazo... y le dieron ganas de entrar otra vez al agua. Estuvimos abrazados muchísimo tiempo, diciendonos cursiladas y cuánto nos queríamos. 
- Tu no sabes nada... - dijo.
- Nada de qué? 
- Nada de cuánto te puedo llegar a querer en este mismo momento... - dijo mientras juntaba su frente con la mía y nos mirábamos a los ojos. 
En ese momento estuvimos un montón de tiempo mirándonos en ese pose y a los ojos, lo veía tan cerca que parecía que lo traspasaba. Y me abrazó fuerte, muy fuerte, no llegaba a molestarme de lo fuerte que era, pero era un tanto fuerte. Yo lo abrazaba, pero por el cuello dejando caer los codos por sus hombros y tocandole el pelo. 
Voy a describir a Hugo, era alto, me sacaba una cabeza o así, moreno, pero en verano se ponía un poco rubio,  ojos color miel, pero cuando estaba en la playa se le ponían verdes azulados y su boca era perfecta, unos labios carnosos y unos dientes perfectos. Aparte, está muuuuy bueno. 
Todavía no comprendo por qué se ha llegado a fijar en semejante como yo. 
- Oye... 
- Shh, callate tonta.. 
Y me besó. Ese beso fue uno de los más largos que he llegado a tener con él. Cada beso que me 
daba, ¡lo hacía único! Pf... (: 

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